Sofi Cantilo

He tenido la suerte de que me he quedado con una maravillosa impresión de casi todas las carreras en las que he participado. Es más, ahora sólo puedo pensar en 1 con la que me he quedado con un gusto amargo, porque hasta de carreras en las que quizás ha fallado la organización, o en las que el recorrido no ha sido lo que más me ha gustado, me he quedado con recuerdos maravillosos: si no es la amabilidad de los organizadores o de la gente de los pc's, es el paisaje; si no es el paisaje, es el terreno; si no es el terreno, son los compañeros de ruta. Siempre hay algo.
Quizás por eso el post carrera se me hace agridulce: tengo mil recuerdos y momentos increíbles grabados dentro mío, pero el objetivo ya pasó, ya está... Sufro como de una especie de "síndrome de nido vacío". Además, el cuerpo duele, y aunque no lo hiciera, no conviene entrenar fuerte. Hay que ir despacio, dándole tiempo de sanar. En contrapartida, la mente está a mil, sólo quiere más.
Por eso creo que es tan importante tener el siguiente objetivo definido: para tomarnos el descanso necesario, pero sabiendo hacia dónde vamos.


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