Sofi Cantilo

En algún momento, la noche dejó de ser una amiga. Ese instante de llegar a la cama, con el cuerpo exhausto, y acostarme esperando que llegue el sueño, dejó de ser placentero. Me vienen miles de imágenes a la cabeza, recuerdos, y empiezo a dar mil y una vueltas, y no puedo dormir. Y el agujero que tengo en la panza se va agrandando, hasta casi comerme. De adentro hacia afuera. 

Y después se hace de día. Empiezo a respirar tranquila, porque se que falta poco para el momento de ponerme las zapatillas y salir. El foco está en poner un pie adelante del otro,  en escuchar mi respiración, en en ser consciente de mi cuerpo. En la sensación del viento contra mi cara. Mientras voy sintiendo mi cuerpo, abro otro canal y empiezo, simplemente, a sentir. Y, ahí, la cosa cambia: vienen los recuerdos, aparecen las imágenes, todo está igual que como estuvo a la noche. Hasta el vacío de la panza. Sin embargo, la sensación es distinta: hay cercanía, hay conexión. Entiendo que vamos juntos a algún lugar. Como tantas veces. Siempre... 

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6 Responses so far.

  1. Damian says:

    Adelante, Sofi. Fuerza!

  2. Anónimo says:

    Esta semana por trabajo tuve viajar por trabajo.
    El domingo corri en Argentina, de lunes a viernes en Mexico y este finde en USA. Lejos de mi casa, de mi hijo, de mi esposa.
    Diferentes culturas, comidas, olores, pero la sensación en ese trote es la misma, la que me conecta con el que siempre fui, con el que soy y me hace sentir mas cerca. Cuando corro, no estoy huyendo, me estoy encontrando.

  3. Unknown says:

    No lo podés haber expresado mejor!!!!!!!! Siento lo mismo. Me encantaría saber tu nombre, porque en algún momento te voy a citar, es inevitable, sabelo!!!!

  4. Anónimo says:

    Estas re loca, anda al psicólogo hay varios tipos de obsesiones.

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