Semana a semana, voy subiendo la carga de entrenamiento. Ya arranqué con los dobles turnos, y el fondo largo va en aumento. Las cuestas siguen firmes, y cada semana meto un poquito más.
La gente se asombra, el encargado del edificio me ve salir, y no puede creer que me vaya a entrenar, de nuevo. Mis amigas me miran como si fuese un marciano. A mi entender, los marcianos son ellas, que no entrenan. No sé cómo hacen para lidiar con sus preocupaciones o problemas, estando quietas.
Si bien es cierto que estoy más cansada, que hay momentos en los que siento las piernas pesadas, o que muchas veces me da una fiaca terrible ir a entrenar, no hay NADA en este mundo que me haga mejor. El mundo, y yo. Mi cuerpo se oxigena, mi cerebro se va liberando, así las preocupaciones se van afinando y empiezo a ver todo con mayor claridad. Hasta lo que no quiero ver, pero está ahí. Tomá, miralo, aceptalo.
Categorias:
no podría estar más de acuerdo!
¡Qué bueno que concordemos, Guido!
Como dice KILIAN...NO ES MAS FUERTE AQUEL QUE GANA,SINO AQUEL QUE MAS LO DISFRUTA...guillermo polo neuquen.
No sé quién es más fuerte, pero sí quién es más feliz...