Según un estudio de Ultrarunning magazine, para cuando termine el 2014 habrán habido más de 800 ultramaratones (más del doble de las que había hace 10 años). Si bien el fenómeno del running ha crecido en todas sus formas y distancias, ninguna lo ha hecho de manera tan grosera como la ultradistancia.
Esto no me ha llamado la atención: que "el mundo" tiende hacia la utra, es algo que vengo viendo y diciendo hace tiempo. Lo que sí me ha llamado poderosamente la atención, es la cantidad de mujeres que participa de la larga distancia: hasta los 30km, es parejo el número de mujeres y varones finishers. En la maratón, ya un 60% son hombres. Y cuando pasamos a la ultradistancia, ya hablamos de sólo un 20/25% de mujeres.
¡Chicas! ¿Qué anda pasando? Que tenemos una resistencia al dolor mucho más grande que el hombre, ya lo sabemos. Que compensamos la fuerza física con fuerza mental, también. ¿Y entonces? ¿Dónde está el problema? ¿En perder la femineidad? Se puede ser guerrera en la montaña, y una lady en la vida diaria. ¡Y hasta es más divertido! ¿En los hijos? A mi modo de ver, nada mejor para un hijo que ver a su madre haciendo ejercicio.
Mi #Niño vive como algo "normal" que su mamá se vaya a correr a los volcanes, y la montaña es algo cercano, aunque viva en la ciudad. Me encanta que el me vea salir a entrenar cuando estoy cansada, cuando tengo frío, cuando llueve,cuando hay viento, cuando hacen 40grados... De a poco, va entendiendo el sentido de esfuerzo, de responsabilidad. Va entendiendo que los objetivos logran con esfuerzo y sacrificio, que nada viene gratis en la vida.
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