A un año de la muerte de Ignacio Studer durante una carrera de aventura, quiero recordarlo como lo que fue: un héroe que no dudó en exponer -y perder- su vida, para ayudar a alguien más (el cauce del río estaba crecido por lluvias, y una competidora cayó y enseguida fue arrastrada por el agua; Ignacio perdió el equilibrio al ayudarla, se golpeó la cabeza con una roca, y fue arrastrado por el río).
En momentos en los que "la vida no vale nada" y la solidaridad prácticamente brilla por su ausencia, actitudes como la de Ignacio merecen ser remarcadas. Hay quienes no son capaces de perder un minuto por ayudar a alguien, pero Nacho no dudó en perder todo para darle una mano a una chica a la que no conocía. No se me ocurre un gesto mayor de amor por la vida, que ése.
A mi, particularmente, su historia me hizo reflexionar mucho sobre la persona que soy, y la que quiero ser. Uno "haría" muchas cosas, pero a la hora de la verdad, cuando el tiempo condicional se vuelve presente, la realidad es otra. Por Ignacio, en honor a él, tratemos de ser un poco mejores.
Yo no lo conocí, pero igual quiero recordarlo siempre, y así mantenerlo vivo.
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En momentos en los que "la vida no vale nada" y la solidaridad prácticamente brilla por su ausencia, actitudes como la de Ignacio merecen ser remarcadas. Hay quienes no son capaces de perder un minuto por ayudar a alguien, pero Nacho no dudó en perder todo para darle una mano a una chica a la que no conocía. No se me ocurre un gesto mayor de amor por la vida, que ése.
A mi, particularmente, su historia me hizo reflexionar mucho sobre la persona que soy, y la que quiero ser. Uno "haría" muchas cosas, pero a la hora de la verdad, cuando el tiempo condicional se vuelve presente, la realidad es otra. Por Ignacio, en honor a él, tratemos de ser un poco mejores.
Yo no lo conocí, pero igual quiero recordarlo siempre, y así mantenerlo vivo.